✸enguedi Publicado Marzo 22, 2018 Compartir Publicado Marzo 22, 2018 Animo para los que sufren. Me levanto cada mañana pensando en alzar el vuelo, pero mi pena clama temprana cambiando mi ánimo por desgana. Y elevando la mirada al cielo esta plegaria haré cotidiana. ¿Quitará mi Dios aun solo una hora esta espina que parece un madero a su siervo que fervoroso le adora? Mira!, gimiendo por tu alivio espero que me quites con amor sincero, el sufrimiento que mi vida perfora. Sobre mi se cierne cual sombra impía para aspirar la dicha y el contento, me doblo ya y cansado y sin aliento, y me entrego al dolor y a la agonía. Yo se que tu fortaleces al abatido, y se que no abandonas al afligido. ¡Eres mejor que alborozados cantores! Pero mi alma bien ha comprendido que los espinos no se tornarán en flores hasta que el sistema sea concluido. ¿No vamos anunciando acaso, desde el alba naciente hasta caer el sol en el ocaso, que este mundo es un fracaso, y que salvarás al obediente? Señor, tu paz supera todo pensamiento. Guarda nuestras facultades mentales. Sea tu palabra mi diario alimento, pues nada resulta en contentamiento en estos días, salvo tus dichos vitales. Nuestra obra no olvidarás, por cierto. Tus oídos a nuestra oración has abierto. Cuando son palabras cargadas de sinceridad, nuestro anhelo quedará siempre cubierto, sea por familia, o por la cristiana hermandad. No es nada bueno en aislarnos pensar. Más provechoso es entre todos animarse. A la congregación siempre debemos buscar, para en hechos de devoción afanarse, teniendo presente, el cariño fraternal. Tu Reino anunciamos en coro. Vamos clamando con grito sonoro, venga pronto mi ilusión dorada, que en mi pecho está grabada, y mas que a mi vida, la adoro. Rhomfaia. Link to comment Compartir en otros sitios Más opciones para compartir...
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