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Transcripción vídeo "Luchan con éxito por la fe. Los que solo cuentan con uno de sus padres"
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Fue como una pesadilla. Nuestra familia vivía la verdad con mucho entusiasmo. Un día, mientras estábamos jugando, mamá vino y nos dijo que abandonaba a Jehová y a papá. El día que le dije adiós a mi madre fue el peor día de mi vida.
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Mis padres se hicieron inactivos cuando yo tenía unos cuatro años. Mi padre nunca estaba en casa.
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Cuando mi madre empezó a aprender la verdad, mi padre le prohibió estudiar la Biblia. Cuando íbamos a las reuniones, él nos sacaba a la fuerza y maltrataba a mi madre verbal y físicamente.
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El divorcio de mis padres fue muy duro. Para mi madre fue muy difícil criar sola a dos niños. A veces tenía dos o tres trabajos y servir a Jehová quedó en segundo plano.
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Después del divorcio, mi madre se deprimió mucho. Ella hizo todo lo que pudo, pero Jehová no tenía la intención de que una madre asumiera el papel de madre y padre a la vez.
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Mis hermanas y yo decidimos que no íbamos a cometer en la vida los mismos errores que cometió nuestra madre. Sabíamos que podíamos elegir qué tipo de vida llevar. Así que le dediqué mi vida a Jehová y me bauticé a los 15 años.
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Todo cambió cuando dejamos de tener la oposición de mi padre. Ya podíamos ir a predicar y a las reuniones sin problemas. Ya no teníamos que esconder las publicaciones para que no las rompiera.
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Cuando tenía unos 15 años, mi madre nos llevó a una reunión, pero ella ya había decidido que esa sería su última reunión. Esa noche se habló de las necesidades de la congregación. Lo que se dijo fue justo lo que mi madre necesitaba. Jehová la ayudó a sentirse motivada. A partir de entonces, mi madre fue una mujer nueva.
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Mis hermanas y yo siempre hemos sido un equipo. Servimos juntas como precursoras y nos mudamos a Camboya porque se necesitaba ayuda. Las dos viven allí y están en el servicio de tiempo completo especial con sus esposos. Y mi esposo y yo llevamos 11 años sirviendo en la sucursal de Myanmar.
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Mi madre me puso un ejemplo increíble en la vida. Yo veía que ella siempre ponía su amistad con Jehová por encima de todo lo demás. Su ejemplo fue lo que me ayudó a ponerme metas espirituales y a alcanzarlas. Empecé el precursorado el año en que estaba acabando mis estudios. Llevo casi 20 años sirviendo a tiempo completo, la mayor parte del tiempo en el Betel de Brookgreen y en Warwick, con mi esposa.
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Mi madre influyó mucho en que me pusiera metas espirituales. Mi esposa y yo tuvimos la oportunidad de asistir a la primera clase de la escuela para evangelizadores, y actualmente estamos en la obra de circuito.
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Las cosas malas que te pasan en la vida no tienen que determinar quién eres. Primera de Pedro 5, 10, dice que Dios mismo terminará nuestro entrenamiento. Puede que a veces sea difícil, pero con la ayuda de Jehová nos irá bien.
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Recuerdo lo que dijo David en Salmo 27, 10. Dice, Hasta si mi padre o mi madre me abandonaran, Jehová se haría cargo de mí. Y eso fue exactamente lo que me pasó a mí.
[00:03:16.740] - Hablante 3
Jehová no nos juzga por nuestra crianza o nuestro pasado. Él ve nuestro potencial, así que depende de nosotros. Con Jehová podemos ser quien queramos ser.
